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Hoy he recibido una llamada de un amigo malagueño que vive en Barcelona. Un día se fue del sur para instalarle en la ciudad condal con una misión divertida, enseñarnos a cocinar. Pero esta escuela es especial, en ella se respira mucho arte, mucha risa, mucha alegría... cuando pones un pie alli, el estres de la ciudad desaparece, te relajas, disfrutas, saboreas, haces amigos, sonries. Os recomiendo sin dudarlo que os paseís por allí, solo por el aire que se respira. Aquí teneis su página. Bienvenidos al maravilloso mundo de los fogones!
